sábado, 3 de enero de 2009
Nuevo librito a pedido "Expuesta"
Analiza, encuadra, dispara y congela. Sus fotos son definidas. Pero Ella algo esconde en su vida, busca un pasado en su presente. Acciona y se auto engaña. Se debate entre dos hombres y entre ellos descubre su debilidad. Deja de ser perfecta. En cada negativo hay un positivo. Ella piensa que es la que decide en cada toma, y se olvida que el juego es de a dos. Le lleva un tiempo, pero al final elige y logra exponerse.
Fragmento de Expuesta:
Ya pasó media hora de película y hasta ahora todo bien, en orden, él está concentrado y no es de hablar cuando está viendo un film. Siento que vibra mi celular, me lo puse en el bolsillo de la pollera, y me re asustó, lo saco y veo la pantalla: ¡es el histérico!! Beto ve la luz de la pantalla y se fija silenciosamente quién es. Ahora me mira a mí con cara seria. Apago el celu, no puedo contestar ahora, pero qué ganas me dan de contestarle. Me pregunto que querrá. Me quedo con una sonrisa grande dibujada en toda mi carita. Beto no para de mirarme. Se acerca y me susurra muy delicadamente:
- ¿Qué quería el nenito ese?
- No sé, Beto. No le contesté, ¿no viste?...y además, ¿a vos qué te importa? A ver, decime vos... ¿Qué querés conmigo, eh? ¡No puedo creer que dije eso!
Me come la boca, me aprieta la cara y siento toda su respiración. Nos fundimos. La película queda de fondo. De verdad que no entiendo nada de lo que está pasando. No paramos de besarnos, es un perro que marca lo que cree que es suyo: el otro se acerca un centímetro y él avanza con todo el batallón. Me toma desaforadamente. Seguimos besándonos, veo su mano en mi pierna subiendo lentamente a donde los muslos se juntan. No paro de mirarlo, él sigue besando mi cuello, yo sigo viendo la mano, expectante. Llega y encuentra destino, me esta tocando ahí... ¡Dios mío, qué sensación! Quiero hacer sonidos pero estoy en mute. Hace todo muy lento, sin apurarse. Sabe cómo dejarme sin aliento. Acelera sutilmente el movimiento de su mano, la derecha, porque es diestro. Yo agarro su cara y le muerdo el labio y le doy besitos despacito, él no para de tocarme, siento que me acerco a ese momento antes que empiecen los créditos. Me vibra de nuevo el celu, capaz es el histérico otra vez, Beto piensa lo mismo y saca la mano, me toma de la cintura, me levanta de mi asiento con toda la furia y me pone arriba de él. Nos friccionamos, al carajo las dos personas que están por ahí en la sala, él hace ruiditos, gemiditos que le achican la edad y me encantan. Mete su mano de nuevo, esta vez ya es inevitable, él se da cuenta y sigue. Me abre la camisa, me rompe un par de botones, y me besa el corazón. Siento el calor que recorre mi cuerpo, sigo sin entender, pero no importa ahora. ”Seguí y no pares Beto”, le digo al oído y lo dejo con la boca abierta. Yo me muevo y lo siento sentirme. Nunca me acerque tan rápido al momento como ahora, es un récord, creo que él se dio cuenta, por eso no deja de sonreír.
No aguanto no aguanto no aguanto no aguanto, lo agarro fuerte del pelo, él sigue con su mano conquistando territorio.
Encuentra mi velocidad, mi sensibilidad y mi diafragma. Aprieta el botón, dispara y llego como nunca antes con nadie. Me quedo agitada tratando de respirar arriba de él, con mi pollera por arriba de mi cintura, mi camisa arrugada y medio abierta. Saca la mano, me acaricia la cara, siento mi aroma y mi humedad. Me da un beso, me baja la pollera y me abotona la camisa. Me levanto, él se levanta, sigo agitada, me cuesta respirar. Me abraza y me dice
- ¿Vamos? La pelicula terminó. ¿ Y te gustó la peli, Ella?
- Sí, bastante... un poco bizarra, igual, ¿no?
- A mi me pareció hermosa, me encantó el final.
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