viernes, 26 de septiembre de 2008

Creo que...


Creo que mi madre debería haber sido detective. Creo haberlo entendido al enterarme que fue ella quien descubrió que mi abuela tenía otros hijos en España, después de haber sido ocultado por mi abuela, su madre, durante tantos años. Así que la mujer no iba a tener problema en averiguar otras cositas. Sin embargo, yo no tenia ni idea de lo paranoica que era mi madre. Invité a un muchacho de nombre épico a mi casa un fin de semana en el que mis padres se encontraban como tantas otras veces en su casita de campo por campana.Luego que éste se fuese acomodé las cosas para evitar posibles interrogaciones de mi madre. Así que las fotos que había sacado de su lugar para mostrárselas a mi amiguito, las devolví recordando lo más posible las exactas posiciones: La de la familia entera delante de las demás encima de un mantelito y distribuí todas las otras en los próximos estantes, todas lo mas derechas posibles apuntando a la puerta de entrada. Ordené cada una recurriendo a mi débil memoria (que tuve la necesidad de desarrollar debido a esta madre tan obsesiva e invasora de la privacidad).Arreglé la mesa, le puse el mantelito, dije mal, en realidad se llama carpeta. Ordené las sillas bien adentro de la mesa, lavé los vasos, tiré las cosas en la basura, barrí, tiré los restos de cerveza en el lavatorio; ordené todo como estaba, bueno casi todo. Ya estaba listo, mi madre entraría por la puerta, vería en su lugar la foto familiar y sabría que llegó a su hogar y yo me evitaría sus irritantes interrogaciones, luego discursitos.
Todo estaba controlado, pero:Madre: ¿Por qué hay 2 sillas frente al televisor?Hija 1 (ósea yo): Estuve con Vicky mirando la tele.
(Madre se dirige a mi hermana Victoria, hija 2, apodada Vicky)
Madre: Victoria ¿Viste la tele con tu hermana?Hija 2: No.
Danger! Error, error no haberse puesto de acuerdo en el libreto de la mentira.
(¿Acaso no cabía en la cabeza de mi madre la posibilidad de que haya usado las 2 sillas, sentándome en una y apoyando los pies en la otra?)
Alguien: Y bueno pero ahí quedó ¿No?Yo: No, si mi madre se va a detener ahora con una mentira descubierta, la culpable nerviosa y vulnerable. No, la conozco va a volver a inquirir.
Madre: Y esta foto ¿Por qué está fuera de su lugar?
(Puta, me olvidé la foto del cuarto estante, Justo esa naba, la de las mascotas pegada a la de mi hermana menor (hija 3)) Hija 1: Estuve mirando, má.Madre: Bueno, volvé a dejarla en su lugar, cuarto estante 3er cuadrante inferior a la derecha.
(Obnubilada por su extraña calma, intento no bajar mi guardia, de seguro vendrán más preguntas). (Va a la cocina y la empieza a mirar con detenimiento microscópico, alguna, alguna evidencia alguna. Abre el tacho de basura).
Madre: ¿Y estas latas de cerveza?
(No, esto ya es demasiado ahora también ¡Revisa la basura!)
Hija 1: Me las tome yo. (Ya extremo de incoherencia)
Alguien: Terminó ahí ¿No?Yo: No que va.
(Se dirige a la heladera mientras procesa las pistas, abre el freezer para ponerle hielo a su jugo. Y ahí me cae la ficha, me olvidé de algo importante jeje, sale un olor terrible a cerveza del freezer).
Madre: ¿Y esta botella?Hija 1: (cri cri)Madre: ¿Pero por qué no viene este chico cuando estamos nosotros?Hija 1: Porque no es mi novio, má.Madre: Entonces, ¿Por qué viene a casa? Es mi casa.
(Dios, qué mujer irritante)
Ese día no bajé a comer, salvo para limpiar los pedazos de vidrio, hielo y cerveza en el freezer.
Así que próximo plan-venganza por parte de mis padres “Si no quiere comer en la hora que hay que comer, que no coma” Era claro, querían seguir investigando hasta el cansancio.
Mercedes Rojo
Año 2006 taller literario extranormal

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